Es un método especializado para reparar abolladuras o golpes en la carrocería de los vehículos sin necesidad de aplicar pintura. Este proceso es altamente eficaz en la eliminación de daños menores causados por piedras, granizo, o incluso golpes pequeños, sin alterar la capa de pintura original del vehículo.
El procedimiento se realiza utilizando herramientas específicas que permiten al técnico acceder a la parte posterior de la carrocería y, con movimientos precisos remover la abolladura.
Este método requiere una gran destreza, ya que la clave es no dañar la pintura, manteniendo la integridad del acabado original. Al no ser necesario repintar el área dañada, la reparación suele ser más rápida y económica.
El PDR es ideal para abolladuras pequeñas y medianas, y no se recomienda para daños severos o cuando la pintura está completamente dañada. Además de ser más económico, también es más respetuoso con el medio ambiente, ya que elimina la necesidad de utilizar productos químicos o realizar trabajos de repintado.
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